Otro amanecer mas, paso Marconi.
Mis días en la Patagonia llegaban a su fin, cuando apareció en las gráficas una ventana de buen tiempo, aunque algo ventosa algún día, pero con temperaturas frías que era lo que nos hacia falta y habíamos estado esperando para nuestro siguiente objetivo, la Ferrari o Ragni al Cerro Torre.
Salimos un viernes por la tarde todavía lloviendo.
En el hielo Continental
El Sábado recogimos el material de un deposito que dejamos cerca del paso Marconi y nos fuimos hacia el circo de los Altares con un enorme mochilón.
Ino como buen Riojano, le gusta comer bien y había subido toda la comida que se podía meter en las mochilas, quería hacer el Torre pero engordando, yo no recordaba haber llevado nunca tanta comida a las espaldas y le renegaba a menudo, pero sin duda, esta fue una de las claves para que pudiéramos subir al Torre, gracias Ino!.
Ruben Perez"Ino"
En el hielo continental se había acumulado nieve tras días de mal tiempo, no la suficiente para mandarnos de vuelta, pero si para acordarnos de las raquetas que no habíamos alquilado.
La aproximación hasta el circo de los altares no parecía tener fin, el peso de las mochilas y el tener que abrir huella no ayudaba, enseguida vimos claro, que tendríamos que pasar noche en el Circo de los Altares y no podríamos escalar el Domingo.
Allí en el Hielo las distancias engañan mucho, tomas como referencia un punto y tardas el triple de lo que pensabas en llegar. Yo iba pensando en Mikel, Vallejo y Iñurrategui y sus travesías polares, hay que tenerlos bien puestos, la sensación de aislamiento ha de ser brutal.
En el Hielo Continental te puedes llegar a hacer una pequeña idea de lo que representa una travesía de esas magnitudes, en la aproximación al Circo de los Altares, tampoco ves rastro humano alguno, mires donde mires solo ves nieve y hielo, es un lugar increíble, grandioso.
El Circo de los Altares
Acabamos llegando al Circo de los Altares, muy cansados y dormimos al pie del Filo Rosso. Por la noche se levantó el vendaval, pasamos toda la mañana del Domingo, que a priori era el mejor día metidos en la tienda intentando que la tienda no saliera volando, donde estaban los 1020 de presión?. Ahora me acordaba de mi amigo Simón que aguantó, mas de dos semanas, en este mismo punto metido en una cueva de hielo, sin partes meteorológicos, esperando el buen tiempo, para hacer la primera repetición española a esta ruta.
En la base del Filo Rosso (rocas rojas), esta el Vivac.
El Domingo por la tarde, justo cuando paraba el viento aparecieron, por allí los hermanos Pou, Juan Vallejo y Juan Mari, un guía y su cliente, ya habíamos hablado con ellos en el Chaltén y nos habían dicho que saldrían mas tarde, pero con este tiempo teníamos dudas de si llegarían.
A las seis de la tarde, junto a los Juanes, nos pusimos en marcha hasta el siguiente vivac debajo del Collado de la Esperanza. Tardamos mas de cuatro horas en llegar, un corto largo de roca, alguno mas al ensamble y abriendo huella hasta por encima de las rodillas ya dentro del corredor que da acceso al Col. Por suerte, se quedo una tarde magnifica.
El Torre, la Egger y el Collado de la Esperanza.
De madrugada el Lunes nos despertamos para salir, pero el viento volvía a hacer de las suyas, así que fuimos posponiendo la salida. Hacia las diez de la mañana se abrió y paro el viento, aunque era tarde decidimos intentarlo, el vuelo de los Juanes salía el miércoles, era su ultima oportunidad.
A la altura del Col de la Esperanza y sin darnos cuenta, la Patagonia nos muestra los dientes y nos engancha de pleno el mal tiempo patagónico, los 1020 hp que daban para ese día y los 10 nudos max.... no se cumplen.
Estábamos en un tubo al lado del Col que provocaba efecto Venturi, la sensación térmica con el viento se desploma, llevaba las botas mojadas del día anterior y enseguida perdí la sensibilidad de los pies. Había poca visibilidad y no nos oíamos, nos intentamos entender por señas, pero todos teníamos claro lo que había que hacer, y rápido. Para hacer los abalakov con las manos frías hay que emplearse a fondo, el viento y la nieve lo dejan todo helado, mosquetones que no se abren, trozos de hielo del tamaño de pelotas de tenis que envías hacia abajo se te quedan al lado flotando, nunca había visto nada igual!, pero no era un sitio para entretenerse mucho a contemplar. A medida que rapelamos del Collado vamos saliendo del infierno...
Bajando en pleno marrón, durante el primer intento.
De nuevo en la zona del vivac, los Juanes se van para abajo, desgraciadamente se les ha acabado el tiempo.
Tras despedirnos, montamos la tienda como podemos y nos metemos tiritando en los sacos, el verglaç que llevábamos por todo el cuerpo se derrite mojando el saco. Durante todo el día el mal tiempo persiste, el sonido del viento que se cuela entre los collados y las aristas es impresionante, fuera no se ve nada. Hace frío, estamos empapados, la tienda parece poder salir volando...., toca retirada. Los rapeles son un lio con el viento y las cuerdas que salen disparadas, pero a ultima hora del día llegamos de nuevo al vivac del Filo Rosso con el tiempo justo para secar los sacos, allí el tiempo era mas benévolo. Hablamos con Iker, Eneko y
unos amigos chilenos que han llegado hoy, que nos ponen al día de la meteo. Para el día siguiente dan un día similar, máximas de 10 nudos de viento (ja,ja)...y al día siguiente lluvias para volver.
El circo de los altares a la izquierda del cordon del Torre.
Martes por la mañana, continua igual de tapado arriba y con viento, Ino y yo hemos tenido suficiente, me voy el viernes y nos queda la comida justa para volver, y viendo el parte... no me gustaría volver por el Hielo con mal tiempo. Deseamos suerte a los compis que tampoco lo ven muy claro y nos vamos un poco rayados y mirando muchas veces atrás pensando si no se equivocará el parte y al día siguiente finalmente hará bueno.
Subiendo hacia el Vivac de debajo del Collado de la Esperanza.
Pasado el circo de los altares, nos cruzamos con tres tipos de Colorado vecinos nuestros en el Chaltén, tienen un teléfono satélite y nos confirman que mañana hará un día espectacular y los siguientes días para volver por el Hielo también. Dudamos, ya no nos fiamos de los partes, además parece mentira pero después de todo, no nos quedara comida para la cena de mañana ni la vuelta... si sale cualquier imprevisto podría perder el vuelo..., pero por otro lado, somos unos privilegiados por estar en ese momento aquí quien sabe si volveremos a tener la oportunidad de poder escalar el Torre..., desde que empecé a escalar en hielo he soñado con esta montaña y esta ruta, en el fondo sabíamos que no lo habíamos dado todo...no se si Ino me convence, o yo a él....
Unas siete horas después volvemos a estar debajo del Col de la Esperanza, los compis flipan al vernos llegar y mas cuando les anunciamos el parte de tiempo nuevo, se les cambia la cara, pues allí continuaba igual de tapado.
En el Vivac debajo del Col.
En total nos juntamos siete cordadas para intentar el Torre al día siguiente, son las consecuencias del desequipamiento de la Maestri, ahora la vía mas "fácil" para subir al Torre es la Ferrari, si te defiendes escalando en hielo, y se nota en el flujo de gente.
Hablamos entre todos para salir escalonados cada hora mas o menos, nosotros estábamos un poco cansados y saldríamos en medio para descansar un poco.
A la izquierda la Torre Egger, e Ino havia el Torre.
Miércoles, por fin llegó el gran día. Esta vez la meteo acertó y la Patagónia nos dio una tregua. Nos pusimos en marcha a las cinco y nos amaneció pasado el Collado de la Esperanza, mientras adelantábamos a alguna cordada, no sin antes recibir una lluvia de trozos de hielo.
Ya de día pudimos deleitarnos con el paisaje y la escalada. Era como un dejavú, había visto tantas fotos de esta vía, que tenía la sensación de haber estado antes allí.
El largo vertical del Casco es precioso, y da paso a una especie de arista muy fotogénica, después vienen los mixtos, el último largo mixto un diedro helado solo en la parte izquierda fue la sorpresa agradable de la vía. Pero aquí también empezaron los problemas. Mientras estaba en mitad del diedro, de nuevo no paró de caerme una cascada de trozos de hielo, hasta que no me pude apartar un poco recibí de todo, por delante llevábamos al guía y su cliente, que según me dijo no había metido un tornillo en su vida.
Zona mixta
Este largo acaba debajo del famoso "headwall" que se supera en dos largos verticales.
Ino llega, a la reunión intermedia del "headwall", junto a Eneko, Iker, y otra cordada, un guía con un cliente. Recupero el largo y llego a la vez que el cliente a la reunión. Eneko acaba terminar el siguiente largo. Pero antes de que Iker suba, el guia comienza a escalar justo en nuestra vertical, y paso lo que me venia temiendo todo el rato y me toco a mi.
Primer largo del Headwall.
Estaba montando un abalakov, para ganar tiempo al bajar, y comentando a Iker, que esto era peligroso y que si esto fuera el Pirineo me bajaba y volvía otro día, cuando un trozo de hielo, me golpeó de pleno. Un "Cuidado hielo!" para pegarnos a la pared no hubiese estado mal. No recuerdo el golpe solo las voces de preocupación de Iker e Ino al despertar colgado de la reunión. Al principio me acojoné veía oscuro y no podía moverme..., pero si sabia donde estaba y que hacia allí, pero eso me preocupaba mucho mas... poco a poco me fui recuperando, un hormigueo en los brazos se fue pasando a las manos, el golpe no me lo lleve en la cabeza, si no en las cervicales. Lo mas inteligente hubiese sido bajar, pero cuando estas conmocionado no piensas bien, de eso te das cuenta después. Le dije al cliente, que no se moviera hasta que pasáramos. El segundo del largo del "headwall" tiene un patio brutal, es totalmente vertical.
Escalé con cuidado de no tirar nada. Había hielo estalladizo, de aquel que si que haces un "desconchón" y tiras hacia ti del piolet o vuelves a golpear en el mismo punto es sinónimo de romperlo todo y tirarlo para abajo.
Penultimo largo.
A partir de aquí toca el sol, le dije a Ino que me dejara tirar el siguiente largo también, no quería enfriarme. El siguiente largo es de los mas increíbles que he escalado nunca en hielo, buscando el camino entre enormes hongos, con esa nieve helada que solo encuentras aquí, golpeos a la primera pero protecciones dudosas. Alcancé a Iker y Eneko al mismo tiempo que se me nublaba la vista y volvía a marearme, el sol reflejado en la nieve tampoco ayudaba, solo nos quedaba un corto largo hasta debajo del hongo somital, pero no me encontraba bien y no me fiaba de mi mismo, ya solo pensaba en bajarme. Una vez con Ino le comento mi estado, al final probaríamos con una cordada de cuatro. Me tomé un antinflamatorio.
Hongo Somital.
Tras un corto pero difícil largo de nieve azúcar, nos plantamos debajo del hongo, que tiene un aspecto terrorífico, la verdad es que a primera vista acojona. Aquí nos entran las dudas, tampoco era temprano. Viendo que Eneko era el que tenía que pegarse el largo, intentamos animarle para que se venga arriba.
Al final decide ir a mirar si detrás de la nieve azúcar encuentra hielo. Una vez allí se curra un largo memorable, quedandose de un solo piolet a punto de caer, un momento, pero le echa huevos y gracias a él acabamos subiendonos todos por el largo mas duro y psicológico de toda la vía. Al haber pasado Eneko limpiando, facilita nuestra progresión aún así es un largo muy difícil vertical y a ratos hasta desplomado, y las protecciones no son ninguna maravilla.
Gran largo de Eneko.
Una corta trepada nos deja a los cuatro en la cima, ha costado mucho subir y disfrutamos, no todo lo que quisiéramos por que se nos ha echo muy tarde. Que lugar...y que vistas no hay palabras, solo alegría. Pero queda un largo descenso.
Saliendo del largo final.
El antinflamatorio hace efecto y mejoro, me duele el golpe y la cabeza, pero estoy centrado.
Como ya había montado los abalakov, encabezo los rapeles sin mas demoras.
A los pocos rápeles nos encontramos con una cordada de seis. Uno de ellos me pide subir por mis cuerdas en "Top rope", les comento que solo queda una hora de luz y que hay preparar muchos abalakov, que se lo pida a mis compañeros que vienen detrás.
La respuesta me deja a cuadros: "Entonces, mejor ve bajando que nunca he echo un abalakov",
me da por pensar que sucedería si en ese momento si se girara el mal tiempo del otro día, la cordada de seis, el cliente echo polvo...
Ino en la cima con el Hielo de fondo.
Creo que hicimos unos diecisiete rápeles, tres sobre roca el resto abalakov. Casi a las tres de la madrugada llegamos a las tiendas los cuatro. Como no teníamos cena, pues al saco a dormir. El efecto de la pastilla hacia rato que se fue, tenía el cuello destrozado, dormimos una hora o dos como mucho, entre tiritones.
Horizonte durante algunas horas.
Por la mañana esperando al autobús aparece Ino, nos fundimos en un abrazo y al poco tiempo me subo al autobús, que putada tener que marchar así, lo único bueno es que el largo viaje de vuelta te lo pegas durmiendo!
Durante mi estancia en el Chaltén, no había dejado de escuchar comentarios de lo fácil que era subirse al Torre por la Ferrari, que si estaba regalado, que si gente que nunca había escalado en hielo había subido.
No se, o las condiciones cambiaron mucho o no lo entiendo. En mi opinión, no es una vía extrema de acuerdo, pero solo por el aislamiento que tiene (mas de 80 km entre ida y vuelta hasta el pie de vía), La Ragni en una vía seria, y a eso hay que añadirle el clima Patagónico, que es clave, un día soleado y en calma se puede transformar en un momento en un infierno, complicando mucho las cosas. Vale que con los partes meteorológicos de hoy en día todo es mas fácil, pero pueden fallar, o cambiar a ultima hora como nos paso a nosotros, también te puedes demorar. Aquí tienes que ser autosuficiente y no esperar un rescate desde fuera, por lo menos en la pared. Si hablamos de la dificultad técnica de la ruta, yo la compararía, a una Ginat o la Coltón de las Droites, con el largo mas duro y psicológico al final, siendo la Ragni algo mas corta desde el vivac (unos 200 mts), pero desde el Filo Rosso son 1700 mts de desnivel, por terreno no siempre fácil hasta el vivac, creo que no es una vía a menospreciar.
Thomas me había comentado que cuando subieron en Enero, pasaron mucho miedo en la bajada, hacia mucha calor y todo se caía, ríos de agua corrían por la ruta.... aún en esas condiciones, mas de veinte personas estaban ese día en la ruta, algunos haciendo artificial de tornillos de hielo.
Quizá, se ha perdido demasiado el respeto a esta preciosa montaña. Es solo una opinión.