jueves, 2 de marzo de 2017

PATAGONIA 2.0





 El verano pasado en la cima del Dru, mientras tiritábamos bien juntitos y disfrutando de una puesta de sol magnifica, salió el tema de un viaje al macizo del Fitz Roy, cualquier tema era bueno para dejar ir la mente en las horas de frío vivac que nos esperaba; con lo único que pudimos soñar esa noche, aparte de una cama caliente, fue con grandes tapias de granito partidas por fisuras y diedros perfectos.



"A la izquierda el Domo Blanco, en el espolón de su derecha, se puede apreciar el largo final de Superdomo. A la derecha del Domo Blanco, el Cerro Piergorgio"

Unos meses más tarde tras aquel vivac, junto con Samu y Cuca, pusimos fecha al viaje. También se unió al grupo Marc Toralles y Paco Rey. Arropado con un equipazo así, cualquier objetivo era posible!Pero como en cualquier actividad alpina, la meteorología y las condiciones lo son casi todo y más en Patagonia.


"Paco Rey admirando el paisaje desde su trono"

Nada más juntarnos todos menos Samu, se presentó una pequeña y dudosa brechita de buen tiempo, aunque fría, un poco ventosa y después de un periodo prolongado de precipitaciones. Nos llegaban noticias de tiendas sepultadas por la nieve en el paso superior. Viendo las temperaturas y condiciones, nos marcamos como objetivo una vía de hielo abierta hace pocas temporadas por los hermanos Kauffman, "SuperDomo" en el pico Domo Blanco, éste se encuentra entre el cordón del Cerro Torre y el Piergiorgio, es decir al final del valle del Torre, en un lugar salvaje.


"Marc Toralles, con la vía a su espalda"

 Junto con Marc y Paco hicimos la larga aproximación hasta Niponinos, como no con mal tiempo. Al día siguiente, tras otras tres horas de pateo nos plantamos debajo de la estética linea de hielo, el día era azul y algo ventoso pero la linea está bastante protegida de los vientos de Oeste; como dice la guía, es una ruta para ventanas de meteo dudosa.


"Marc en los primeros largos"



"Inicio del largo mixto"

La vía es excelente, como no podía ser de otra forma en ese macizo de ensueño. Se puede dividir en tres partes separadas por dos pequeños collados. La primera parte es la más fácil, encontramos bonitas goulottes con hielo corcho. La segunda parte es del estilo pero con un largo mixto un poco difícil de asegurar en algún punto (fisus y friends pequeños), y una parte final mas sencilla donde no te puedes caer.



"Flanqueo hacía la parte final, desde el collado "Paco Rey", con el Fitz al fondo"

Escalando este largo, Paco pierde un crampón y durante unos momentos dudamos si seguir o bajarnos. Paco nos dice que sigamos y acabemos la vía, la meteo sigue bien y aunque no hace calor el collado está al sol, así que Paco se queda echando una siesta y bate el récord mundial de permanencia en el collado. La última parte de la vía, es una lengua de hielo vertical que se escala en tres largos alucinantes, los dos últimos verticales durante muchos metros, esto sumado a la dureza del hielo y a la ausencia de relieve, los convierte en los largos más duros de la vía.



"Los largos finales vistos desde el collado, con dos puntitos en la última reunión"


"Marc recuperando el último largo"


"Diferentes perspectivas del último largo"


 Justo al llegar al collado y al final de la escalada, cambia el tiempo y se desata un vendaval, todo el viento que viene del Hielo Continental sin nada que lo desvíe nos golpea de pleno. La cima del Domo Blanco, esta a diez minutos andando pero quedará para otra ocasión, si aquí, tras un último largo que hace sudar nos estamos quedando helados, Paco en el collado debe de estar flipando. Tras tres rapeles de abalakov deshacemos el camino hasta él. Por suerte, durante los rápeles encuentra su crampón, lo que nos facilita enormemente las cosas para el resto del descenso y la vuelta a Niponinos.




 Según nos comentaron los locales, el invierno había sido muy seco y cálido, pero el final de la primavera y sobretodo el verano iban a ser muy húmedos y fríos para la estación. Mirando los mapas metereológicos a largo tiempo, la cosa parecía estar bloqueada hasta por lo menos Febrero, así que emigramos a tierras mas cálidas y secas para saciar nuestras ansias de granito. Pero como teníamos el vuelo de vuelta desde el Calafate volvimos los primeros días de Febrero. A la vuelta los mapas habían cambiado y aparecían periodos de mejor tiempo a la vista. Durante nuestra ausencia, los compis que se quedaron, nos comentan que no ha habido prácticamente actividad, excepto un día suelto que se había podido escalar Supercanaleta, el Amy a la Guillamet y cosas por el estilo, para roca todo seguía tapizado de nieve y hielo.



Al día siguiente de volver de Cochamó, Samu, Paco y el que escribe, nos pusimos de nuevo rumbo a Niponinos. Cuca se quedó en Frey y Marc tenía que volar en dos días. Al parecer venia una ventana de un día y medio sin viento y con buenas temperaturas, la más "larga" desde Noviembre!, el problema es que justo antes de la ventana los mapas marcaban cuarenta centímetros de nieve más y ausencia de viento durante la nevada.



"Primer largo de Rubio y Azul: V+ ...jaja,ja..."

Subimos a vivaquar a "Noruegos", con mucho material, con lo que conlleva para nuestras espaldas y piernas, para tener varias opciones dependiendo de las condiciones. Durante la aproximación, en ningún momento pudimos ver el estado de las paredes. Por la noche, fuimos poniendo el despertador para ir mirando como evolucionaba el tema. Poco antes del amanecer por fin despejó, vimos muchos frontales que se dirigían hacia la Desmochada, la Expupery, etc. Nuestra idea era ir hacia Tomahawk o Exocet, pero ya se nos había hecho tarde. Al rato todos los frontales que veíamos se dieron la vuelta, al amanecer vimos la causa, todas las canales de acceso así como las paredes estaban a tope de nieve.




 Pero íbamos a tener suerte, sin quererlo estábamos en el sitio adecuado. Justo encima del vivac teníamos la aguja de la Media Luna ya al sol y era, junto a la parte de abajo del Mocho, la única pared sin nieve de todo el valle. Así que, esperamos a que el sol calentara y secara un poco la pared y nos fuimos a la vía "Rubio y Azul",  abierta por Ermanno Salvaterra en el 94, y como no podía ser de otra manera, otra vía muy guapa, sobretodo las fisuras de la segunda mitad. La cima y las vistas eran impresionantes y el día, en lo que al tiempo se refiere, el mejor de la temporada.





"Crux de la vía 6b++++++"


"Último largo"








"Los tres tenores en la cima de la aguja de la Media Luna, alucinando con las vistas"

"Rubio y Azul", pese a ser muy buena, nos había sabido a poco; queríamos más. La ventana se cerraba a mitad del día siguiente, pero en principio lo que le seguía no parecía demasiado extremo, así que decidimos arriesgarnos e intentar  una de las clásicas:"Exocet", abierta en el 88 por el mítico Bridwell y Jay Smith.
 Dormimos unas horas y a media noche pusimos rumbo hacia el col Standhart, al que llegamos todavía de noche. El primer largo de la vía te hace entrar en calor, placa granítica con crampones y eso que en el Col el viento helado hacía de las suyas.



"Primeros metros desde el Col"

Hasta que no empezó a clarear, no pude orientarme y casi me pasó de largo la reunión que da paso a  la picante travesía en placa del segundo largo. Después flanqueamos unos doscientos metros hasta el pie de la famosa y estrecha chimenea helada. El primer largo fue el más fácil, escalada al sol, con hielo plástico. Pero una vez a la sombra, dentro de la chimenea no corría ni una gota de agua, el hielo se puso duro y la escalada también.



"Amanece que no es poco"


El invierno había sido tan seco que en Diciembre Exocet no estaba formada del todo. Gracias al tiempo húmedo, se había formado en Enero, pero seguramente tampoco estaba demasiado exuberante.


"Primer largo de la chimenea helada"

Los dos siguientes largos eran muy verticales y estrechos, con hielo incomodo de escalar por lo estalladizo que se encontraba y lo estrecho de la chimenea. La reunión que queda entre ambos es expuesta a la caída de hielo que lanzaba el primero, el nombre de los misiles "Exocet" iba cobrando toda su magnitud. El cuarto largo, ya más ancho pero igual de vertical, tiene una buena reunión protegida. Por suerte estábamos solos, ni que decir que ir con una cordada por delante es sinónimo de hacerse daño.


"Segundo largo, el asunto se pone estrecho y vertical"


"Cuarto largo"




"Último largo lo del cielo azul en el collado iba a ser un espejismo..."

Un quinto largo, ya no tan vertical, me dejó en el collado con el hongo cimero a la vista, pero una vez más la Patagonia iba a mostrar los dientes, en un abrir y cerrar de ojos se iban a desatar los elementos, cumpliendo así la predicción meteorológica. Una vez más, muy a nuestro pesar nos quedamos sin cima. Sólo quedaba bajarse entre ráfagas de viento y coladas de nieve.


"Típico descenso de esta temporada"

En resumen: Un verano malísimo para Roca pero bueno para mixto y hielo, con pocas ventanas de entre 12 y 24 horas y solo una de día y medio. Periodos de buen tiempo más cortos de lo que esperas al ir allí, (y mas comparándolo con los últimos años), pero que cuando estas en ellos y haciendo lo que te gusta, la huella que te deja la magia de la Patagonia es imborrable.